l_luevano@hotmail.com

l_luevano@hotmail.com

Volviendo a la Biblia

Abundancia de pastores espurios.

En nuestro tiempo abundan en las iglesias los “pastores”. No obstante, la abundancia de este “ministerio”, no es por haber muchos hombres espiritualmente capacitados para ello, sino por un olvido de lo que dicen las Escrituras al respecto. Ya cualquier individuo que se “encarga” de predicar en una iglesia, se dice “pastor”. Me encuentro con amigos y hasta familiares que, dicen, “Soy el pastor de la iglesia”, “Él está pastoreando la iglesia”. ¿Son tales hombres los indicados? ¿Cumplen con los requisitos bíblicos? No, pero, ¿por qué tantos hombres ahora se dicen “pastor”, entonces? Porque hay ignorancia y confusión con lo que dice la Biblia. Creen que “el que predica” ya es pastor. Pero no es así.

En la Biblia leemos de Felipe y Timoteo, quienes eran predicadores del evangelio, es decir, “evangelistas” (Hechos 21:8; 2 Timoteo 4:5). También se nos muestra que unos son evangelistas y otros pastores. La Biblia dice, “Y él mismo constituyó a unos… evangelistas; a otros, pastores” (Efesios 4:11). Muchas personas me han preguntado si soy “pastor” de la iglesia donde soy miembro, o incluso me saludan y me dicen, “Pastor, Dios le bendiga”. Inmediatamente les aclaro que no soy pastor. Soy predicador del evangelio, pero no pastor. Los pastores, o también llamados “obispos” y “ancianos” (cfr. Hechos 20:17, 28), tienen requisitos qué cumplir: “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.” (1 Timoteo 3:1)

¿Cumplen estos requisitos los “pastores” de su congregación? Si no es así, ellos están obrando fuera de la voluntad de Dios. Pablo dice que es “necesario” que estos varones cumplan estas cosas. Y si no, entonces no deben ejercer una obra para la cual no están listos. La Biblia dice que ellos “han de dar cuenta” (Hebreos 13:17) de tal obra, ¿y no serán hallados faltos, dado que no están capacitados, ni en asuntos espirituales, morales o sociales?

Una de las primeras evidencias de que tales pastores no están capacitados, es que, están contentos con ejercer un pastorado en solitario. ¡Son el único pastor en la iglesia! La Biblia, por su parte, muestra que en las iglesias de Cristo, se “constituyeron ancianos en cada iglesia” (Hechos 14:23). ¡Ancianos en cada iglesia! ¿Leyó con atención? No uno, sino varios. En Filipenses 1:1, leemos de “los obispos” que había en la iglesia de los filipenses. No había “un pastor” en cada iglesia. Y cuando veo que hay “un pastor” en tal o cual iglesia, ya puedo ver la ignorancia grande que ese varón tiene, en cuanto a la doctrina del Nuevo Testamento.

Hago un llamado a quienes fungen o han sido puestos como “pastores” por iglesias ignorantes, o misioneros pretenciosos, para que sean conscientes, y recapaciten. No permitan que les hagan ese daño de ponerlos en una obra para la que no están capacitados, ni preparados. Yo sé que ustedes creen estar llevando a cabo una buena obra. Tienen muy buenas intenciones. Pero la voluntad del Señor al respecto no se escribió en vano, ¿verdad?

Deja un comentario