La resurrección de los santos mencionada en este pasaje ha sido interpretada de distintas maneras por diversas denominaciones cristianas. Los Testigos de Jehová creen que no se trató de una resurrección literal, sino que los cuerpos quedaron expuestos por el terremoto, como lo explican en La Atalaya de 1990. Por otro lado, los Santos de los Últimos Días (Mormones) afirman que sí fue una resurrección real, y que estos santos formaron parte de la primera resurrección, de acuerdo con Doctrina y Convenios 133:54-55 y la enseñanza de Bruce R. McConkie.
Las Asambleas de Dios sostienen que estos santos realmente resucitaron, pero de manera temporal, al igual que Lázaro, y posteriormente volvieron a morir. Esta interpretación se encuentra reflejada en el Comentario Bíblico Pentecostal (Logion Press). En contraste, los Adventistas del Séptimo Día enseñan que estos santos no murieron nuevamente, sino que fueron llevados al cielo con Cristo, como menciona Ellen G. White en El Deseado de Todas las Gentes.
Cada tradición ofrece una perspectiva única sobre este misterioso evento bíblico. Leer artículo en PDF