El 04 de junio, de 2024, publiqué una respuesta a las indirectas de Mario Peña, mismas que hizo luego de haber yo señalado su error de interpretación con respecto al tema de la predestinación. No obstante, y por orgullo, no quiso reconocer su error, declarando una variedad de palabras desfavorables contra mi persona, y mal representando mis intenciones al corregirle su error. Una vez publicada mi respuesta, él volvió a hablar mal de mi persona en una reunión de Facebook, particularmente en el perfil de Miguel Herrera, luego de escuchar una variedad de mentiras que profiriera Jaime Trillo en mi contra, sin que yo estuviese presente. Aunque ya he respondido a esas mentiras, respuesta que usted puede leer aquí, Mario Peña quiso reparar su error con otra serie de explicaciones equivocadas en otro video, que es el que vamos a contestar en seguida.
Este video que vamos a responder, corresponde a una transmisión en vivo que hizo Mario Peña el 20 de julio, del 2024. En dicho video, entre otras cosas, habla de hermenéutica, y particularmente sobre “el contexto” de las palabras. No voy a comentar lo relativo a otros pasajes, sino a aquello que tiene que ver con la “predestinación” de Romanos 8:29. Recordemos que, según Mario Peña, la predestinación tiene que ver con que Dios ya sabía quienes iban o habrían de ser salvos o condenados. Ahora, en este video, vamos a ver que Mario Peña, ni entiende Romanos 8:29, ni entiende en qué consiste la predestinación, ni tampoco entienden el error de su interpretación. Vamos a revisar sus palabras, y a señalar el error en el que se encuentra. Hago este repaso, no porque tenga algún conflicto personal con Mario Peña, sino para que, aquellos que miran sus videos, estén enterados del error que está enseñando sobre el tema de la predestinación. En seguida, veamos lo que dice Mario Peña, en esta nueva explicación que nos comparte, creyendo que dicha explicación le ayuda en algo, cuando en realidad muestra su falta de comprensión. He aquí el video:
Repasemos sus palabras, para señalar puntualmente el error y la falta de comprensión que nuestro hermano tiene sobre esta cuestión particular. Voy a citar las palabras de Mario Peña, para luego presentar mis comentarios.
MP: “Cuando yo explicaba, hermanos, amigos, ese término de, predestinó, yo recalqué y varias veces dije que Dios conoció, con anticipación, quiénes habrían de ser parte de su pueblo”.
Respuesta: Ya son tres videos que realiza Mario Peña para explicar lo relativo a la predestinación en Romanos 8:29; sin embargo, y hasta este tercer video, nuestro pobre hermano sigue extraviado. Sigue con su pensamiento equivocado de que la predestinación en Romanos 8:29, tiene esa idea de que “Dios conoció con anticipación quiénes habrían de ser parte de su pueblo”. Con esta declaración, lo que nuestro hermano está recalcando, es un error que le he señalado y corregido en varias ocasiones; pero, al parecer, no entiende. Pero, ¿por qué no entiende? Por la simple y sencilla razón de que no ha leído con cuidado y atención las correcciones que le he hecho. No está acostumbrado a ser corregido. Y como no está acostumbrado a ser corregido, no presenta atención a la corrección y así, no se percata del error de su posición. Pablo, cuando usa el término “predestinó”, no está hablando de que Dios sabe “quiénes habrían de ser parte de su pueblo”, sino que está diciendo lo que ha hecho con aquellos que son parte de su pueblo. La predestinación en Romanos 8:29 no tiene nada que ver con la omnisciencia de Dios, aun cuando se estudie el término dentro de su contexto. Ni el texto, ni el contexto tienen en consideración la omnisciencia de Dios, en el sentido de “conocer” quienes “habrían de ser” parte del pueblo de Dios. Ese no es el tema de Romanos 8:29. El tema es sencillo. ¿Qué es lo que Dios ha hecho con aquellos que Dios “conoció”? La Biblia dice que “también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. Como vemos, el texto no solamente nos dice qué es lo que Dios ha hecho con los que antes “conoció”, sino también el propósito por el cual los “predestinó”. ¿Para qué los “predestinó”? Para dos cosas: “para que fuesen hechos conformes a la imagen de su hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. ¿Lo ve? Pablo no está hablando de que Dios sabe o conoce “quiénes habrían de ser”. Pablo está hablando de los salvos, está diciendo que “antes conoció” a esta clase de personas y qué es lo que ha hecho con ellas, punto.
Otro error que le he señalado a nuestro hermano, tiene que ver con su mala costumbre de cambiar arbitrariamente el tiempo verbal y la voz gramatical en las palabras de Pablo. Nuestro hermano dice, “habrían de ser”, mientras que Pablo dice, “conoció”, “predestinó”. Las palabras de Pablo están en tiempo pretérito perfecto simple en tercera persona del singular, mientras que nuestro hermano nos comparte una construcción que utiliza el condicional compuesto en tercera persona del plural, implicando una acción futura desde una perspectiva pasada. Por otro lado, la voz que usa Pablo es “activa”, donde el sujeto realiza la acción de conocer y predestinar; y nuestro hermano usa la voz “pasiva”, donde el sujeto recibe la acción. ¡Nuestro hermano cambia el tiempo verbal y la voz gramatical del texto! ¡Esa no es una correcta hermenéutica! Nuestro hermano quiere explicar lo que Pablo está diciendo en Romanos 8:29, ignorando el significado de los términos, cambiando el tiempo verbal y cambiando la voz gramatical. La explicación de nuestro hermano es un buen ejemplo de aquellos que no están conscientes de su ignorancia. Pero lo peor de todo, es el orgullo con que la acompaña, pues en lugar de corregirse, y dejar de hacer aquello que no sabe hacer, se llena de ira contra su servidor, ataca y mal representa mi persona, para luego seguir profundizando en su error y confusión. Hermano Mario, si sabe lo que es la templanza, le exhortamos a que la practique, reconozca su error y deje de querer hacer lo que no tiene la capacidad de hacer. Usted dice que el tema es complejo, pero al mismo tiempo se aventura a querernos decir lo que “debemos decir” y “explicar” sobre lo que dice Pablo, ¡no teniendo idea usted mismo de lo que Pablo dice! (cf. Santiago 3:1)
MP: “nunca dije, nombres ni personas, sino que Dios simplemente sabía con anticipación qué tipo de persona habría de obedecer; nunca dije nombres, nunca dije personas, porque es otro tema que se puede tratar en un contexto diferente”.
Respuesta: Por mi parte, jamás dije que Mario Peña había dicho “nombres” al interpretar incorrectamente el texto de Romanos 8:29. Sin embargo, aquí se contradice, pues, por un lado, dice que Pablo no habla de “personas”, y al mismo tiempo dice que Dios sabía “qué tipo de persona”. ¿Habla de personas o no? Mario Peña no tiene cuidado con lo que dice. Si usted es un seguir suyo, en el sentido de ser parte de su comunidad de amigos en Facebook, y mira sus videos, tenga cuidado con sus enseñanzas, porque es evidente que sus exposiciones, no solamente son sumamente pobres, sino también descuidadas. Esta contradicción así lo prueba. Pero, otra vez, dice, “habría de obedecer”, donde el tiempo del verbo “haber”, usado por Mario Peña, es diferente al tiempo verbal que usa Pablo en Romanos 8:29. Mario Peña sigue insistiendo en que “Dios simplemente sabía”; pero la “predestinación” no tiene nada que ver con lo que Dios “sabía”, y sobre todo con respecto a saber lo que una persona hará o no hará. Si Mario Peña entiende que la palabra “conocer” en Romanos 8:29, tiene que ver con “saber” Dios algo, aun así, el texto no dice que Dios sabe si alguien “habría de obedecer”. Esta idea de saber Dios quién “habría de” obedecer no es algo que el texto dice. El texto dice que Dios HIZO algo sobre “los que antes conoció”, ¿qué hizo? Los “predestinó”, etc. No, el texto no dice que Dios sabe si cierto tipo de persona “habría de obedecer”, eso es absolutamente incorrecto.
MP: “pero aquí lo que he tratado de explicar, es que el tema de predestinó, no se puede aislar, de que Dios conoció con anticipación, de que Dios sabía a quiénes iba a llamar. Es, es lo que está aquí en el verso veintinueve, porque los que antes conoció a estos también predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos, a los que predestinó, a estos también llamó, a los que llamó a estos también justificó, y a los que justificó, a estos también glorificó.”
Respuesta: Mario Peña dice que ha “tratado de explicar” lo que dice Pablo con respecto a la predestinación, pero no entiende que ha fracasado en su intento. Dice que la palabra predestinación, “no se puede aislar de que Dios conoció con anticipación, de que Dios sabía a quiénes iba a llamar”; pero, aunque es verdad que la palabra “predestinación” no se debe aislar del resto de palabras que le rodean en Romanos 8:29, el hecho es que ninguna de las palabras que están a su alrededor, ninguna dice que “Dios sabía a quiénes iba a llamar”. No, mi estimado hermano Mario, Dios no “iba a llamar”, sino que Dios “llamó” (Romanos 8:29). Las frases “iba a llamar” y “llamó” se diferencian principalmente en el tiempo verbal y en la implicación de si la acción realmente ocurrió o no. Cuando usted dice que Dios “iba a llamar”, forma una construcción gramatical en “pretérito imperfecto” correspondiente al verbo “ir” y el infinitivo “llamar”. Tales palabras indican una intención o plan de realizar una acción en el pasado, pero no se asegura que la acción se haya completado. Aunque existe la intención de “llamar”, la realidad es que no se sabe si la llamada realmente ocurrió. Por su parte, el verbo “llamó”, es el “pretérito perfecto simple” en tercera persona singular, lo cual indica que la acción de “llamar” se llevó a cabo en un momento en el pasado. En este caso, la acción está completa y se sabe que dicha llamada ocurrió. Por tanto, lo que usted dice no es lo que dice Pablo en Romanos 8:29, aun cuando tengamos en cuanta todas y cada una de las palabras. Lo que usted dice no “Es lo que está aquí en el verso veintinueve”. Usted dice algo totalmente diferente a “lo que está aquí en el verso veintinueve”. Usted dice “iba a llamar”, a pesar de leer en el texto la palabra “llamó”. ¿De verdad no sabe usted la diferencia entre “iba a llamar” y “llamó”? La palabra “llamó” aparece dos veces en el texto bíblico y, aun así, usted se atreve a decir que lo que Pablo está diciendo es, “iba a llamar”. Mi hermano, una buena hermenéutica, jamás nos enseña que podemos cambiar a nuestro antojo el tiempo de los verbos para terminar diciendo algo totalmente diferente a lo que realmente la Biblia dice. Usted dice conocer y usar la hermenéutica; pero, ¿qué hermenéutica es esa que lo llevó a cambiar lo que la Biblia dice? ¿Qué principio hermenéutico lo llevó a tan lamentable dirección? ¿Qué regla? ¿Qué método? En el pasado fui profesor de hermenéutica, y hasta el día de hoy sigo enseñando sobre la materia, y no conozco ningún método, principio o regla que nos lleve a cambiar la voz, el tiempo, el modo, el género o el número de las palabras que los escritores bíblicos usan. En Gálatas 3:8, por ejemplo, Pablo explicó lo importante de respetar el número gramatical de la palabra “simiente” de Génesis 22:18 para una correcta interpretación del texto sagrado. De la misma manera, usted no debe cambiar el tiempo verbal y las acciones divinas indicadas por Pablo en Romanos 8:29-30. Es realmente extraño que, verbo tras verbo, Pablo habla de acciones ya cumplidas, y, aun así, usted insista en que habla de ¡cosas que posiblemente sucederán!
MP: “Entonces, cuando habla en la predestinación, he, lo que yo entiendo, y otra vez puedo estar equivocado, y obviamente, es un tema que hay que estudiarlo”.
Respuesta: No, mi estimado hermano, no es que usted pueda estar equivocado, sino que está equivocado. Y esta es la tercera vez que le muestro el error de su interpretación, pero usted se niega a entender. En lugar de analizar con templanza cada una de las explicaciones que se le presentan, prefiere tomar otro camino para mal representarme, imputarme intenciones perversas, y acusarme falsamente de llevar a cabo acciones incorrectas o injustas en su contra (¿También me bloqueará en Facebook como hizo Miguel Herrera?). Mi hermano, mientras usted siga queriendo desprestigiar mi persona, al mismo tiempo usted sigue en el error. ¡Sus falsas representaciones no le sirven para nada con respecto a su error! Usted tiene la libertad de atacar mi persona e integridad; pero eso no lo hace inocente de usar mal y enseñar error sobre Romanos 8:29-30. ¡Nada gana con atacarme a mí! Eso nada más es una salida falaz que le deja sepultado en el error de su interpretación. Usted dice que hay que estudiar el tema de la predestinación; pero al mismo tiempo, y con toda irresponsabilidad, se pone a dar algunos pocos comentarios sobre lo que, según usted dice Pablo, adulterando todo lo que el apóstol dice. Si usted entiende que el tema es complejo, entonces debería evitar enseñar sobre él antes de poder usted mismo comprenderlo correctamente.
MP: “el hermano que me escribió, así de buenas a primeras, quería que yo reconociera lo que estaba diciendo, lo estaba ignorando el contexto, él estaba ignorando lo que yo no expliqué, ¿verdad?”
Respuesta: ¿Lo ve? No tuvimos que avanzar mucho para que usted, en lugar de leer con cuidado mis correcciones que anteriormente le he hecho, cree que es mejor mal representarme para intentar justificar su error. Desde luego, no me sorprende esta reacción suya, pues la Biblia advierte, diciendo, “No reprendas al arrogante porque terminará odiándote” (Proverbios 9:8/PDT).
Por otro lado, si le escribí “de buenas a primeras”, o si de “buenas a primeras” le exhorté a reconocer su error, no lo hice sin razón alguna. Mi explicación fue oportuna, del todo fundamentada en la razón, ¡y con sus propias fuentes! Yo no ignoré nada que usted no hubiese explicado, porque, aunque usted explique, y explique, y explique una y otra vez, ninguna de sus explicaciones, sean pasadas, presentes o futuras, ninguna jamás probará lo que según usted dice Pablo en Romanos 8:29-30. Reitero, ninguna. Por ejemplo, aquí estoy repasando una tercera explicación suya, y otra vez, le he mostrado que su explicación es errada y contraria a lo que Pablo dice en Romanos 8:29-30. Por cierto, en esta tercera explicación suya, usted presume de usar el contexto, pero al mismo tiempo no repara en cambiar lo que Pablo dice. Usted dice usar el contexto, pero al mismo tiempo contradice lo que Pablo dice. Usted dice que usa el contexto; pero, resulta que el contexto no dice nada de lo que usted dice. Usted cree saber usar el contexto, repitiendo alguna letanía que aprendió en algún libro, o por haberle alguien enseñado al respecto; pero, al mismo tiempo, no se percata de que el contexto no respalda su interpretación, la cual es errada, como se lo he demostrado ya en tres ocasiones. Así que, es falso que yo haya ignorado lo que usted no ha explicado, o explicará; porque, habiendo empezado mal, su avance en las explicaciones no tendrá un resultado diferente, sino el mismo error que ya ha declarado. Recuerde, el que mal empieza, mal acaba. Siga trayendo más explicaciones, para lo cual, demostraré que por más explicaciones que usted realice, siempre terminará con el mismo error. Este círculo vicioso no se romperá, en tanto no reconozca su error y lo corrija.
MP: “Que faltó por explicar, y como digo es un tema extenso, no creo que es un tema que en media hora o dos horas se pueda abarcar, porque mucho más que se puede decir”.
Respuesta: Es cosa común que cuando un pretendido maestro de la Biblia ignora lo relativo a cierto tema bíblico, diga que el asunto “es un tema extenso”, y que “en media hora o dos horas se pueda abarcar”. Y dicen esto, así como lo dice Mario Peña, para justificarse de antemano por su mediocre exposición, o por alguna idea carente de sentido en sus palabras. Mario Peña ya lleva tres videos queriendo justificar el error de su “breve explicación”, y sigue errando al blanco en el asunto. Pero, si de verdad entiende el tema, ¿por qué no actúa con responsabilidad, y realiza una serie de videos para explicar correctamente el pasaje? Digo, si ha sido supuestamente la “breve explicación” el problema, entonces que nos presente una explicación completa y así reconozcamos que su enseñanza es apegada a las Escrituras. Bien puede hacer varios videos de media hora, o de una hora, o de dos horas, y así, en lugar de estar dando una “breve explicación” por la que supuestamente no entendemos lo que quiere decir y podamos “comprender” su enseñanza. ¿Lo hará? Bueno, yo afirmo que, aunque lo haga, el error persistirá, y será mayor, en tanto no reconozca que se ha equivocado, diciendo algo que Pablo no dice.
MP: “pero sí tenemos que explicar que aquí el término predestinó está en conexión, con que Dios llamó, con que Dios justificó, con que Dios glorificó y con que Dios conoció, con anticipación desde los, antes de los días de la creación, Dios ya tenía el plan, quienes habrían de ser salvos”.
Respuesta: Mario Peña cree que ha descubierto América al decirnos que la palabra predestinó debe explicarse “en conexión” con el resto de palabras que el texto contiene; pero, ¿de qué la ha servido eso, si al final termina diciendo cosas que el texto no dice? Aquí vuelve a decir, “quiénes habrían de ser salvos”; pero, ¿dónde dice eso Romanos 8:29-30? Si el texto habla de un “tipo” de personas, entonces la palabra “quiénes” es incorrecta. Si Pablo dice, “conoció”, “predestinó”, “llamó”, “justificó” y “glorificó”, entonces es incorrecto decir “habrían de ser”. En tal caso, Pablo diría “salvó”; pero no, “habrían de ser salvos”.
MP: “y otra vez vuelvo a decir: No estoy especificando, Pancho González o Juan Pérez, no, sino qué tipo de personas habrían de obedecer.”
Respuesta: Por el hecho de que Mario Peña no diga “Pancho González o Juan Pérez”, eso no libra del error su explicación, al decir “quienes habrían de ser salvos”, o que “Dios sabe con anticipación quiénes se van a salvar, no se van a salvar”. Aquí mismo vemos que insiste en su error al decir, “qué tipo de personas habrían de obedecer”. No, mi estimado Mario, el texto no dice que Dios supo de antemano “qué tipo de personas habrían de obedecer”, pues el texto no dice que cierta clase de personas HACEN o NO HACEN algo. ¿Qué palabra dice eso de que Dios sabía que cierto tipo de personas habrían de HACER algo? El texto dice, “a los que antes conoció”, ¿dice allí que Dios sabía “qué tipo de personas habrían de obedecer”? ¿Al decir, “antes conoció”, significa “habrían de obedecer”? Dice Pablo, “los predestinó”, ¿sabía que “habrían de obedecer”? Así podemos analizar palabra por palabra en su contexto, y ninguna refiere o implica esa idea de “habrían de obedecer”. El texto dice lo que Dios hizo a cierta clase de personas, y no que Dios sabía lo que tales personas harían o no harían. Pablo no tiene en consideración algo que hacen o no hacen el tipo de personas implicadas en sus palabras. No se discute que ellos han hecho, hacen o harán algo, sino aquello que Dios hizo con ellos. Los verbos son activos, y todos son en referencia a Dios, no sobre el tipo de personas. Mario Peña sigue extraviado con respecto a lo que el texto dice.
MP: “Eso es lo que tenemos que explicar en cuanto a la predestinación, no conviene sacar el término predestinación de su contexto, ignorarlo y decir es que Dios a mí me predestinó y me llamó desde el vientre de mi madre como lo hizo con apóstol Pablo, yo no puedo interpretar el pasaje así, tengo que interpretar el contexto de que fue un grupo de personas, porque habla a los que, es un grupo de personas a los que Dios ya sabía quiénes, a quiénes iba a llamar, a quiénes iba a justificar, a quiénes iba a glorificar; pero los conoció, Él sabía con anticipación, quiénes, eso es lo que tenemos que explicar en ese contexto”
Respuesta: Lo que “tenemos que explicar” es lo que dice Pablo, no lo que dice Mario Peña. Lo que Mario Peña ha dicho sobre Romanos 8:29-30, es incorrecto, es contrario a lo que Pablo dice. Es verdad que “no conviene sacar el término predestinación de su contexto”; pero tampoco “conviene” meter ideas, tiempos o acciones que el texto no enseña, so pretexto del contexto. Usted ha metido al texto bíblico ideas, acciones y tiempos verbales que el texto no contiene. Eso es “eiségesis”, y eso tampoco conviene. En cuanto a eso de “que Dios a mí me predestinó y me llamó desde el vientre de mi madre, como lo hizo con apóstol Pablo”, es algo que su servidor no está promoviendo, ni afirmando. Es bueno saber que tampoco Mario Peña promueve dicho error. Pero esa no es la cuestión. La cuestión aquí es que Mario Peña ha metido al texto bíblico ideas, tiempos verbales y acciones que el texto bíblico no enseña. Un ejemplo de los tiempos verbales extraños a las palabras de Pablo que Mario Peña promueve, es eso de “iba a llamar”, mientras Pablo dice, “llamó”. Mario Peña dice, “iba a justificar… iba a glorificar”, pero la Biblia dice, “justificó” y “glorificó”. Ahí está la evidencia de que Mario Peña introduce tiempos verbales al texto bíblico, adulterando así lo que Pablo dice. No, Pablo no dice que Dios “sabía con anticipación, quiénes”, sino “a los que antes conoció”. Tales frases tienen diferencias importantes en su estructura gramatical, en el significado y en el contexto en el que se utilizan. Por ejemplo, cuando Mario Peña dice que Dios “sabía de antemano a quienes iba a llamar”, el enfoque está en el conocimiento previo del sujeto sobre a quiénes planeaba llamar. Aquí, la acción de llamar aún no ha ocurrido en el momento en que el sujeto tenía ese conocimiento. La frase se centra en la planificación o la intención antes de la llamada. Pero, cuando Pablo dice, “a los que antes conoció… también llamó”, el enfoque está en una secuencia de acciones completadas en el pasado. Primero, el sujeto conoció a ciertas personas, y luego, en un momento posterior, decidió llamarlas. Esta frase subraya la continuidad y la relación entre conocer y llamar, con énfasis en que ambas acciones ocurrieron. Así pues, mientras que la interpretación de Mario Peña se enfoca en el conocimiento previo del sujeto sobre a quiénes tenía intención de llamar en el futuro, Pablo se centra en la secuencia de acciones realizadas en el pasado, primero conocer y luego llamar, destacando que el sujeto llamó a personas que ya conocía. Luego, Mario Peña cambia lo que Pablo dice. ¿Lo entenderá?
MP: “pero hay más pasajes que hablan en cuánto a la predestinación, no me voy a meter en los pasajes como de Efesios, y otros contextos. Simplemente, lo que trato de explicar es que, el término tiene que verse en el grupo de palabras, en el grupo de contexto que son términos, términos plurales, términos donde Dios indica a los que antes y luego habla de que los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su hijo, obviamente como dice en Efesios 2, para que hagan las obras que Dios preparó con anticipación, ¿verdad? Que son las obras que van conforme al carácter de Jesucristo, a los que justificó a estos también, porque hablan de un grupo de personas; pero otra vez es un grupo de personas, es una clase de personas que pertenecen a ese pueblo, a esa nación que Dios con anticipación conoció. Quiénes serían, habrían de ser parte de su pueblo. En ese sentido, predestinó.”
Respuesta: El caso es que, aunque Mario Peña diga que la palabra “predestinación” tiene que verse “en el grupo de palabras, en el grupo de contexto”; aun así, se equivoca en su interpretación. Esto hace evidente que, no porque alguien diga que usa el contexto, eso signifique que lo use bien. La interpretación de Mario Peña es errada, aun cuando según él usa el contexto. Luego, habiendo explicado, según él, el “sentido” de la predestinación, dice, “habrían de ser parte de su pueblo. En ese sentido, predestinó”. Esto es un reverendo disparate. Otra vez Mario Peña se toma la libertad de cambiar los tiempos verbales, la modalidad, la temporalidad, la certeza y la determinación, cambiando así lo que Pablo dice. Los tiempos verbales y la modalidad de “habrían de ser” y “predestinó” son diferentes. Cuando Mario Peña dice, “habrían de ser”, usa el condicional compuesto del verbo “haber” más el infinitivo “ser”. El condicional compuesto expresa una acción que podría haber ocurrido en el pasado desde una perspectiva futura o que estaba destinada a ocurrir bajo ciertas condiciones. Hay una modalidad de posibilidad, probabilidad o expectativa sobre lo que estaba destinado a suceder, pero no asegura que realmente ocurrió. Por su parte, cuando Pablo dice “predestinó”, tenemos un verbo en pretérito perfecto simple en tercera persona del singular. Indica una acción que se llevó a cabo de manera completa en el pasado. “Predestinó” implica que alguien o algo determinó o fijó un destino con anterioridad y de manera definitiva. Este tiempo verbal expresa una certeza sobre una acción ya realizada en el pasado. Sobre la temporalidad, Mario Peña está diciendo que la acción que se describe con su tiempo verbal, es una acción vista desde el pasado, pero con una referencia a un posible futuro. Indica lo que estaba destinado a suceder o lo que se esperaba que sucediera, pero no confirma si realmente ocurrió. Por su parte, Pablo dice que la acción ocurrió en un momento específico y completo del pasado. No deja dudas sobre su ocurrencia y está vista como algo que ya ha sido decidido y cumplido. Sobre la certeza y determinación, “habrían de ser”, es menos determinante y deja abierta la posibilidad de que lo que se predice o espera no necesariamente se haya cumplido. Tiene un matiz de expectativa o posibilidad. Pero, cuando Pablo dice, “predestinó”, es completamente determinante y no deja lugar a dudas. Indica que una acción o destino fue decidido y establecido en el pasado. Este proceso de adulterar lo que Pablo dice es sumamente vergonzoso (cf. 2 Timoteo 2:15).
MP: “Ahora, es cierto que yo mencioné que conoció, conoció y que no explique lo demás; pero, solamente quiero decir eso, hermanos, que los términos tienen que verse en el grupo el conjunto de la palabra y que así como lo hacemos en el capítulo quince de la carta a los Corintios con el contexto que hablé del otro del amor en cuanto a lo perfecto es lo mismo, es la regla que tenemos que aplicar, ya el tema de que si Pablo Dios lo conoció desde el vientre de su madre, es otra línea de interpretación, es otro tema diferente, o como el profeta del Antiguo Testamento cuando Dios le digo: Te vi desde el vientre de tu madre, ese es otro tema. Aquí está hablando de cierto tipo, un grupo de personas que Dios conoció y que los apartó para él, en el sentido de con, los que los conoció, que supo a qué tipo de personas habría de llamar y justificar y glorificar.”
Respuesta: Como hemos demostrado anteriormente, “ese sentido” es incorrecto, es un “sentido” que adultera la Palabra de Dios. Si Mario Peña tiene temor de Dios, debe renunciar a esto de estar “adulterando la palabra de Dios” (2 Corintios 4:2)
MP: “Creo que en ese sentido yo quise explicar ese término predestinó, pero en fin hay mucho que explicar en cuanto a esto, hermanos como digo es un tema muy extenso y no lo voy a tratar de explicar aquí en una o dos horas porque obviamente va a despertar más, más plática sobre esto.”
Respuesta: Que conste, “ese sentido” que adultera la Palabra de Dios es algo que Mario Peña quiso hacer. No es algo que alguien le obligó a decir, sino algo que él, por voluntad propia, hizo. Dice que “hay mucho que explicar en cuanto a esto”; pero, ¿qué más quiere explicar, si con lo que ha explicado hasta ahora, no ha hecho otra cosa que estar adulterando reiteradamente la Sagrada Escritura? Si “es un tema muy extenso”, es lamentable que con el poco tiempo que le ha dedicado, no ha hecho otra cosa que cambiar o adulterar lo que Dios dice. Por otro lado, no es malo que cierta exposición despierte “más plática sobre” el tema; pero, debe quedar claro que dicha plática no siempre será favorable para el expositor, sobre todo cuando ha realizado una explicación que adultera las Escrituras.
MP: “Así que, es algo importante que cuando nosotros leamos la escritura, tomemos en cuenta esas reglas que hay, la palabra en sentido usual y ordinario, como se usaba en los idiomas originales”.
Respuesta: Mario Peña nos llama a usar ciertas “reglas”; pero, ¿las usó él? ¿De qué le sirvió? Mis estimados, la hermenéutica no solo es un conjunto de reglas por las cuales mágicamente alguien puede interpretar la Biblia correctamente, pues también es un arte, y como tal, se requiere cierta habilidad mental para su aplicación, habilidad que incluye prudencia, inteligencia, cordura, entendimiento y sabiduría. ¿Qué tipo de habilidad tiene aquel que, leyendo un tiempo verbal en pasado, explica que se trata de un futuro? ¿Qué tipo de prudencia tiene aquel que, usando ciertas “reglas” de interpretación, adultera lo que la Palabra de Dios dice? La hermenéutica nos enseña reglas, principios y métodos de interpretación, pero siempre será necesaria una buena pericia mental para su correcta aplicación, y aquí Mario Peña ha mostrado lo necesario de todo ello. Lo peor de todo, es que Mario Peña, quien no entiende el español, ahora quiere aventurarse, y nos invita a ello, para considerar los idiomas originales. ¿Dónde acabaremos con eso?
MP: “otra vez hermanos, amigos, hay herramientas que podemos nosotros usar, hay herramientas, hay léxicos, diccionarios gratuitos, inclusive hay léxicos que se pueden usar muy fácilmente y que podemos usarlos hasta gratuitos, ¿verdad? Eso es algo que nosotros podemos tratar de usar.”
Respuesta: Sí, hay muchas herramientas, pero no es verdad que, por tenerlas, ya con eso se llegará a una interpretación correcta. Mire, si eruditos en lenguas originales y en toda clase de teologías, están bien extraviados de la verdad, ¿cree que por descargar y tener a su alcance diversas herramientas como los “léxicos”, el asunto está resuelto? El apóstol Pedro dice, en relación con las cartas de Pablo, que “hay algunas difíciles de entender, que los indoctos e inconstantes tuercen, como también las demás Escrituras, para la propia perdición de ellos” (2 Pedro 3:16/NT Pablo Besson). Usted puede tener toda clase de herramientas, pero si es “indocto” o “inconstante”, el efecto no puede ser otro, sino el torcer o adulterar las Escrituras. Mario Peña puede “tratar de usar” tales “herramientas”; pero lamentablemente no ha llegado a un buen destino. ¿Entenderá Mario Peña su error? Esperemos que no nos responda con “alboroto”, para que pueda esta vez entender y corregirse (cf. Hechos 21:34).
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Ver también: El bloqueo de Miguel Herrera.