Volviendo a la Biblia

Conferencia para revisar a la luz de la Biblia la doctrina de la “filiación eterna”. La exposición argumenta que la filiación de Cristo no es eterna, sino que se basa en su concepción sobrenatural cuando el Verbo se hizo carne. Jesús es llamado Hijo de Dios debido a su decisión voluntaria de encarnarse y vivir entre los hombres como el Mesías. Esta designación expresa su naturaleza eterna como deidad, es decir, como verdadero Dios. La unión de la naturaleza divina con la humana ocurrió en el momento de la encarnación, cumpliendo así la profecía del Antiguo Testamento sobre el Mesías. El texto señala que en las Escrituras, el término “Hijo” en relación con Cristo siempre se refiere al tiempo posterior a la encarnación, no antes. El nacimiento virginal es presentado como el evento que dio al mundo tanto al Hijo de Dios como al Hijo del Hombre en la única persona conocida como Jesús. Ninguno de estos títulos se aplicaba al Verbo antes de la encarnación. Aunque la Segunda Persona de la Deidad estuvo activa en el Antiguo Testamento, nunca se autodenominó como el “Hijo de Dios”. Ese título se reserva para Jesús, quien nació de una virgen, vivió entre los hombres, fue crucificado por proclamarse igual a Dios y resucitó gloriosamente como el primogénito de entre los muertos, demostrando así poderosamente que él es el magnífico Hijo de Dios.

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